Como punto de inspiración de mi propuesta escogí un momento de mi cotidianidad para hablar de la soledad impuesta, de la que no decido yo, de la que separa y lleva a posibles detonantes como este video – performance que es un momento donde se muestra esto. El video va de una escena en un carro, yo voy en el asiento copiloto mientras las personas con las que comparto espacio, son oyentes y conversan entre sí, lo que yo cuestiono y empiezo a señar frente al espejo retrovisor mientras los demás continúan con la conversación (en voz).
En mi señar, ocurre una revelación de cómo había sentido ese momento en el que esta escena fue real y lo acompaño de un texto que empieza a narrar desde el silencio, desde que todavía no se mueven mis manos, hasta expulsarlo todo.